Claves para el control integral de las moscas

Las moscas son insectos voladores los cuales hay que controlar prácticamente en todas las ganaderías, ya que debido a las condiciones que solemos encontrar en estas les estamos otorgando un microclima ideal para su proliferación.

Estas condiciones son dos: la existencia de zonas localizadas en las cuales vamos a tener buenas condiciones de humedad y la presencia de materia orgánica de forma constante. Esto dará lugar a que las poblaciones de este insecto crezcan de forma exponencial.

Las moscas van a provocar 3 problemas principalmente:

  • Estrés productivo a los animales, lo cual va a implicar que se reduzca la Ganancia Media Diaria y aumente el Índice de Conversión.
  • Aumento de la diseminación de enfermedades, ya que las moscas son vectores de múltiples enfermedades infecciosas que afectan tanto a los animales como a las personas. Un ejemplo de ello puede ser Salmonella o PRRS.
  • Estrés en los trabajadores, que va a implicar que no desarrollen su actividad profesional en las mejores condiciones posibles, disminuyendo su productividad.

El control de estos insectos es altamente necesario dado que el crecimiento de sus poblaciones cuando las condiciones ambientales son propicias es exponencial. Esto va a significar que el crecimiento conforme avance el tiempo va a ser cada vez mayor.

Teniendo en cuenta que de la población total de moscas solo un 15% lo componen los individuos adultos, será necesario realizar el control tanto sobre las larvas de moscas como sobre los adultos para así lograr romper el ciclo de estas y avanzar hacia la eliminación de la población.

Para ello nos valdremos de medidas de manejo, métodos físicos y por último métodos químicos de control para la eliminación de moscas. La combinación de todas estas va a ser la manera más eficaz para el control integral.

Las medidas de manejo son aquellas que podemos implementar en nuestra explotación y que van a implicar un cambio en la forma en la que se gestionan diferentes acciones en las explotaciones. En el caso del control de moscas van a implicar una mayor limpieza de las explotaciones, recurriendo a los cambios de cama de forma más frecuente y a no almacenar los restos de cama en el recinto o sus alrededores durante un tiempo prolongado. Así intentaremos reducir los tiempos en los cuales hay gran cantidad de materia orgánica donde se van a desarrollar los huevos y las larvas de este insecto.

Otra posible medida que entraría dentro de las medidas de manejo sería el uso de repelentes naturales. Estos están indicados en el caso de animales de producción, pues los estudios demuestran que el estrés provocado por las moscas puede dar lugar a graves reducciones de la producción. Este estrés se ve claramente reflejado por ejemplo en la reducción de la producción lechera en vacuno (Bruce and Decker, 1958), por ello, se recomienda el uso de repelentes junto con otras medidas para minimizar el estrés de los animales.

Los métodos físicos son aquellos que van a impedir la entrada o el establecimiento de las moscas en las instalaciones. Algunos de ellos se basan en el diseño de las propias naves, como puede ser la instalación de mallas mosquiteras que no permitan que entren moscas desde el exterior, el buen diseño de las instalaciones para que se generen corrientes de aire en su interior o la instalación de paneles evaporativos (coolings), para que exista una buena ventilación. Una mayor ventilación de las instalaciones va a tener múltiples beneficios, como la reducción del amoniaco, la creación de un ambiente no agradable para que las moscas se posen y habiten y la reducción de la humedad del ambiente. Esto da lugar a un menor desarrollo de los huevos y larvas, puesto que requieren de humedad y materia orgánica para su desarrollo.

Los métodos químicos son los que usaremos para la eliminación de los individuos en combinación con los métodos de manejo y los métodos físicos. Son las moléculas insecticidas y larvicidas las que van a componer este grupo.

Dentro de los insecticidas vamos a encontrar diferentes formas de acción según el grupo insecticida que sea. Los grupos principales son los piretroides, los neonicotinoides y los organofosforados. Todos ellos actúan a nivel del sistema nervioso, afectando a diferentes partes de este, por lo que se recomienda la variación de los grupos de las moléculas insecticidas de forma periódica para evitar que los insectos desarrollen tolerancia total o parcial a ellos.

Existen diferentes tipos de larvicidas según su mecanismo de acción, los más efectivos son aquellos que actúan sobre el crecimiento y el desarrollo de las larvas. La gran mayoría actúan sobre las hormonas que regulan el desarrollo de las larvas (hormona juvenil y ecdisona) o sobre la deposición de la quitina que es el principal componente del exoesqueleto de los insectos.

La elección del producto a utilizar se hará según las necesidades de nuestra explotación, idealmente siempre recurriremos a la combinación de larvicida + adulticida.

Compuestos repelentes:

Biozul® +: Es un producto basado en la acción repelente de los aceites esenciales que lo componen. No tiene tiempo de espera, por lo que se puede utilizar sobre lo animales que están en periodo productivo. Este producto está certificado como ecológico por CAAE.

Compuestos adulticidas:

Alphi®: Insecticida adulticida de larga duración, compuesto por azametifos, una molécula dentro del grupo de los organofosforados. Su aplicación en pintura aporta una duración de al menos 6-8 semanas.

Cipergen®: Insecticida de choque basado en la cipermetrina.

Finigen Plus®: Insecticida con efecto choque y gran eficacia gracias a la sinergia de las materias activas que lo componen, un piretroide, un neonicotinoide y un organofosforado. Estas tres materias activas además se ven reforzadas por el efecto del butóxido de piperonilo, una materia activa que va a inhibir a los mecanismos de detoxificación de los insectos incrementando su efecto choque.

Compuestos larvicidas:

Larvigen® 48 SC: Larvicida basado en el diflubenzurón como materia activa. Esa molécula se va a encontrar a una alta concentración en el formulado (48%) provocando la inhibición de la biosíntesis de quitina que es el principal componente del exoesqueleto de los insectos.

Larvigen® DUO: Producto con función adulticida y larvicida, que combina la acción de la cipermetrina con la del diflubenzurón dando lugar a la interrupción del ciclo de vida de los insectos en una única aplicación.

Maggots®: Granulado soluble de ciromazina, que actúa como disruptor de la muda de los dípteros.

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